Una tarde, un poco ofuscada de tanto pastelito y googleando para encontrar nuevas cositas que hacer con la arcilla, vi una foto de una una
ramita de árbol con una flor (soy incapaz de recordar si lo vi en Pinterest, en google o en algun foro). Era algo parecido a esto:
A ésto, le di un par de vueltas, literalmente, y acabé haciendo varios broches en forma de
rosa/espiral. Puestos, quedan chulísimos! Y además las ramitas me las trajo mi hija de 17 meses un día que bajó a jugar al parque con su papi.
Mezclar
naturaleza con algo tan artificial y tan plástico como la
arcilla polimérica es un contraste potente que en ningún momento se me hubiera ocurrido mezclar. Pero la verdad es que, a parte de los problemillas técnicos para pegar el fimo a la rama, el resultado me gusta. Después de estas primeras pruebas hice alguno más en otros colores para que mi amiga
Judith pudiera venderlos por
Sant Jordi. A ella le hice uno en tonos verdes, enorme... muy de su estilo... y todavía no se lo ha quitado!
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